La colección de muebles de Patrimonio Nacional Antigüedades 09/12/2020
Compuesta por más de 16.000 piezas, la colección de muebles de Patrimonio Nacional abarca desde el siglo XVI hasta el primer tercio del siglo XX obviando algún que otro ejemplar como es el caso del arca del siglo XIV que se conserva en el Real Monasterio de Santa Clara de Tordesillas.
Ubicados entre los diferentes palacios y monasterios reales del territorio peninsular destacan por su gran calidad artística y diversidad tipológica especialmente aquellos muebles de los siglos XVIII y XIX.
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Casa de los Austrias
Carlos V fue uno de los primeros monarcas españoles en mostrar interés por las piezas mobiliarias con miras siempre a darles utilidad, y así quedó reflejado en una de las pocas obras que aún se conservan de esta época, un extraordinario escritorio portátil alemán de campaña de acero que data de 1545.
Su sucesor, Felipe II, se encargó de equipar muchas de las estancias tanto del Real Alcázar madrileño como del Monasterio de El Escorial, con soberbias piezas de ebanisterías entre las que destacan, dos sillas plegables de tijera de manufactura china de la dinastía Ming, que muestran a la perfección como eran los tradicionales muebles chinos, cinco monumentales puertas de marquetería alemana del taller Bartolomé Weisshaupt de Augsburgo, situadas hoy en el Salón de Embajadores, Salón de Retratos y Salón del Trono, y la majestuosa librería italiana compuesta por 54 estanterías de la Biblioteca del El Escorial que data entre 1589 – 1592.
De esta época también y en los Monasterios de la Encarnación y de las Descalzas Reales, se encuentran dos obras maqueadas mejicanas siguiendo los modelos orientalizantes, y un conjunto japonés de estilo Namban.
Durante el siglo XVII las tipologías creadas hasta el momento se siguieron repitiendo al igual que la centuria anterior dentro de una estética barroca
2. Casa de Borbón
El reinado del primer monarca borbón, Felipe V, estuvo marcado por las influencias italianas y francesas, y su posterior reinterpretación por los artistas españoles. La cómoda, la consola, el sofá y el buró, se convirtieron en las tipologías dieciochescas por excelencia, y como no iba ser menos, los muebles de asientos en sus más diversas variantes, formas y funciones.
Uno de los ejemplos más sobresalientes que mejor representa esta época fue el dormitorio de los reyes Felipe V y su mujer Isabel de Farnesio (actual Salón de Charoles) que realizó el arquitecto siciliano Filippo Juvarra para el Palacio Real de la Granja de San Ildefonso, cuyas paredes fueron recubiertas con paneles de lacas chinas de la época Kangxi.
El siglo XVIII también dio a luz una nueva tipología, las mesas de comedor con tableros marqueteados y alas laterales plegables, que se retiraban una vez se daba por finalizada la comida reservada para el monarca.
Ya con Carlos III empiezan a surgir los primeros Talleres Reales de Ebanisterías, Bordados y Bronces, y a imponerse el gusto por el rococó.
Algunas de las piezas mobiliarias más sobresalientes de esta época es el conjunto formado por doce consolas y espejos a juego, tallados por Gennaro di Fiore, que vienen a representar las cuatro partes del mundo, las cuatro estaciones del año y las cuatro virtudes cardinales del rey para el Salón del Trono del Palacio Real de Madrid.
Otras obras maestras de gusto rococó de la ebanistería cortesana, también para el palacio madrileño son los espejos y sillería del Comedor de Gala diseñada por Mattia Gasparini y realizada por José Canops y su taller.
Asimismo, Gasparini fue también quien se encargó de diseñar el empapelado y mobiliario rococó de los denominados “Gabinetes de Maderas de Indias” que actualmente se encuentran repartidos por las diferentes estancias del palacio.
4.El gusto exquisito de Carlos IV
El interés que despertó Carlos IV a lo largo de su reinado por el arte mobiliar ha quedado reflejado en unos bellísimos conjuntos de estilo neoclásico y directorio, que tienen su culmen en el magnífico Gabinete de Platino de la Casa del Labrador de Aranjuez ideada por el arquitecto francés Charles Percier y el broncista Sitel al más puro estilo imperial.
Igualmente, otro de los conjuntos más destacados del Real Taller de Ebanistería fueron las Habitaciones de Maderas Finas para el Palacio de los Borbones en el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial iniciadas por Teodoro Oncell hacia 1793 y concluidas años más tardes por Angel Maeso.
Su hijo, Fernando VII, quiso también imponer su estilo, conocido como Fernandino. Conjuntos decorativos relevantes durante su reinado es Salón de Audiencias del Palacio de los Borbones de El Escorial o el Salón de Carlos III en el Palacio Real de Madrid, ambos de estilos neogóticos, obra también del maestro ebanista Ángel Maeso.
Entre los muebles franceses cabe destacar el velador de porcelana de Sèvres, obra de Dévelly, en cuyo tablero se representa la coronación de Carlos X, regalo del rey Luis Felipe de Francia, a Isabel II.
4. Restauración alfonsina
Durante el reinado de Isabel II cabe descubrir una secuencia de estilos que abarca desde el neoclásico puro al rococó, más el imperio, neogótico y neoegipcio.
Fueron tiempos además en los que la marquetería mecánica estuvo presente en muchos de los muebles del Palacio Real de Aranjuez, especialmente en el dormitorio de la reina, gracias a la labor del ebanista francés Hyppolite-Edmé Pretot.
También se puso de moda el mueble de tapicería como el confidente, el borne (diván circular para el centro de las salas), la sillería volante ebonizada de estilo filipino y las butacas capitonés. Pero si existen unas piezas dignas de nombrar esas las cunas reales de los infantes, bañera y taca de la época, así como el sillón y la mesa de malaquita de manufactura rusa del Palacio de Aranjuez, regalo por parte del príncipe Anatole Demidoff a la corte española.
La Restauración alfonsina abordó reformas importantes de gusto ecléctico concentrándose principalmente en el Palacio Real de Madrid, y cuyos responsables fueron José Segundo de Lema, el arquitecto mayor del palacio, y el Conde de Valencia de Don Juan como asesor. Las obras afectaron al Salón de Baile con talla plateresca, al Comedor de Gala de estilo neobarroco francés, al Salón de Billar de estilo gótico, muy del gusto de Viollet de Duc, al Salón del Consejo de Ministros que recrea un ambiente neorrenacientista y la Sala de fumar de estilo orientalizante.
Alfonso XIII, pero especialmente su esposa la reina Victoria Eugenia se encargó de contratar a diversos mueblistas tanto españoles, franceses e ingleses numerosas piezas al estilo inglés, Luis XV y Luis XVI para decorar toda el ala oriental del palacio madrileño, así como sus habitaciones privadas, entre los que destaca el sillón del trono del rey, una ejemplar réplica del de Carlos III con la efigie del monarca con motivo de su coronación como rey de España.