En este post os vamos a dar más detalles de las peculiaridades del arte en las diferentes zonas del extremo oriente. En cada zona se potenciaron unos movimientos artísticos en concreto. En el caso de que se expandieran por otras zonas, cada una acababa utilizando unas técnicas artísticas singulares debido a las variaciones a las que se sometían por cada movimiento artístico. Una gran variedad de piezas podrás encontrar en las subastas de arte oriental por internet. A continuación, os explicamos las particularidades de cada zona.

Indonesia e Indochina

Ambas zonas se encuentran bajo la influencia del subcontinente indio. En Java, como en otras partes de Indonesia, el budismo coexistía con el brahmanismo, lo cual influyó lógicamente en la iconografía de su arte primero. Cuando volvían de China y se dirigían al Golfo Pérsico en 1292 las embarcaciones de Marco Polo pararon en Sumatra, pero no acertaron a encontrar entonces formas de arte.

Los contactos culturales serían allí activos cuando se instaló la Compañía Holandesa de las Indias Orientales. El puñal conocido como “kris”, con hoja de perfil ondulado, fue una de las piezas características de la creatividad local malaya y en Europa lo valoran particularmente los coleccionistas de armas. En Java y Bali, los llamados “teatros de sombras”, cuentan con figuras articuladas en piel o madera que también han despertado el interés de los coleccionistas.

Por su parte, en Indochina, particularmente en Vietnam, las influencias llegaban de la China, como podemos ver en la recreación de las piezas acabadas en laca. En el siglo XIX, particularmente dirigidos a la exportación, se realizaban ricos trabajos en marquetería en nácar entintado, taraceado sobre suntuosas maderas nobles. Muebles como escritorios, mesas auxiliares, sillones o grandes bandejas eran realizados con aquella técnica e incluso se exhibían en las exposiciones internacionales europeas.

Corea

Dependiente también de la potente civilización china, Corea se comunicaba más por vía marítima que terrestre con las culturas adyacentes. Entre los siglos X y XIV se desarrolló en la zona un refinado arte cerámico en celadón que realizó piezas tan destacadas que incluso se considera que en ocasiones rivalizan o superan a los ejemplares chinos. A partir del siglo XV fue destacado el dominio de la porcelana, que tenía como rasgo característico la decoración con trazos simples y espontáneos, los que suele dar a los jarrones y cuencos un aspecto de expresividad natural y moderna superior a otros coetáneos orientales.

Filipinas

La presencia española en Filipinas desde el siglo XVI potenciaría también un arte particular y muy representativo de la unión de las dos culturas. No es extraño que un material exótico como era el marfil, tuviera en aquella zona un amplio desarrollo, produciéndose piezas de mobiliario con incrustaciones o esculturas en relieve o de bulto redondo. Muchas de estas piezas se pueden encontrar en diferentes casas de subastas en Madrid y Barcelona.

Las obras religiosas realizadas por los artesanos autóctonos respondían a modelos que serían muy repetidos durante los siglos XVII y XVIII, como Inmaculadas o Cristos crucificados o iconografías particulares como imágenes del Niño Jesús como Buen Pastor. Piezas realizadas en madera, como cofres o sillones, tendrían especialmente a partir del siglo XIX un notable prestigio en España y ocasionalmente eran importados a la metrópolis para decorar las casas burguesas.