Val Saint Lambert: el arte del cristal Antigüedades 09/12/2020
Las piezas de Val Saint Lambert invitan a sumergirte en un mundo de formas seductoras, estructuras impensables, colores intensos y claridad traslúcida, es el arte creado en cristal.
Hoy, en Balclis, Val Saint Lambert, los maestros artesanos del cristal desde hace casi dos siglos.
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Breve historia
Los orígenes de las Verreries et Etablissements de Val Saint Lambert se remontan al año 1826 cuando se puso en funcionamiento su primer horno de la mano del químico François Kemlin, en la abadía cisterciense de Seraing, dando lugar a la primera fábrica de cristal belga.
Unos años más tarde, en 1841, ganaría la medalla de oro en la exposición de productos industriales belgas por la calidad de su cristal puro, refinado y de colores. Sin embargo, y a pesar de sus excelentes cualidades no fue hasta 50 años después cuando se atrevieron a exponer por primera vez en la Exposición Mundial de Amberes muchas de sus creaciones cristalinas optando por una línea de motivos geométricos, que sin duda se convirtieron en todo un acierto dando lugar a un éxito rotundo.
A finales del siglo XIX y principios del XX fue el apogeo indiscutible. Durante estos años, concretamente en 1908, dio a conocer el cristal de doble color y corte, toda una revolucionaria innovación técnica que le ha valido su fama mundial hasta nuestros días.
La Primera Guerra Mundial hizo que la fábrica tuviese que cerrar durante cuatro años, para después volver a reanudar su actividad, aunque perdiendo un mercado importante con la caída de los Zares de Rusia.
A partir de entonces, y con unas actividades de exportación que representaban el 90% de su facturación, su éxito tan solo fue trucando por los bombardeos de la Segunda Guerra Mundial que sí, es cierto, que acabó con prácticamente toda su producción. La forma que eligieron para una vez más salir a flote fue cooperar con un buen número de diseñadores externos tales como Samuel Herman, Yann Zoritchac, Philippe Starck, Frans Van Praet, Martin Shekel…y así hasta convertirse en lo que es, la única fábrica de cristal belga más importante del mundo. A partir de entonces, la mayoría de casas de Subastas Online y tradicionales han vendido miles de piezas de la célebre manufactura.
Piezas que han pasado a la historia
Actualmente, Val Saint Lambert Crystal Works está en manos de la familia Onclin, quienes aspiran a restablecer la marca a nivel mundial proyectando una imagen joven.
El futuro de Val Saint Lambert se ve prometedor, y la ambición es siempre grande, a saber, continuar produciendo una belleza resplandeciente con una artesanía centenaria inspiradas en el art nouveau y arte déco, enfocadas especialmente a los diferentes accesorios de mesa y objetos de decoración, enriquecidos con un toque contemporáneo.
Sin más, estas son algunas de las obras de Val Saint Lambert que han pasado a la historia.
1.Vase of the Nine Provinces (1894)
La primera de las grandes obras maestras (y nunca mejor dicho) de Val Saint Lambert es el conocido como el Vase of the Nine Provinces (Jarrón de las Nueve Provincias); un jarrón de cristal de más de 2,5 metros de altura y 200 kilos de peso realizado para la Exposición Mundial de Amberes, para el que se vieron involucrados un equipo de trabajo formado por más de 30 personas durante más de 2000 horas.
Actualmente este se encuentra en la Antigua colección del Musée du verre, ahora Grand Curtius, de Lieja, (Bélgica).
2. Lámparas de cristal para el Jai Vilas Palace de Gwalior (1900)
En 1900 el gobernante Maharaja Sir Madho Rao Scindia decidió continuar con la decoración del Jai Vilas Palace de Gwalior en la India, actualmente un museo, encargándole a la compañía cristalera belga, las que están consideradas las dos lámparas de arañas de cristal más grande del mundo con más de 13 metros de altura y 3,5 toneladas de peso.
Cuenta la leyenda que su arquitecto para asegurarse de la resistencia de que el techo aguantaría su peso hizo subir al primer piso un elefante, y parte se derrumbó, por lo que tuvo que hacer de nuevo una techumbre lo suficientemente resistente como para sostenerlas.
3. Vase «Crépuscule» de Philippe Wolfers (1901)
En 1901, el diseñador, escultor y orfebre belga, Philippe Wolfers, combinando el art nouveau y el cristal elaboró un impresionante jarrón con varias capas de cristal en color marrón – rojizo con las figuras de dos murciélagos con sus alas abiertas como base obtenidos con la técnica del camafeo.
Su particular diseño ha hecho que 100 años después, ya considerada todo un tesoro de las antigüedades, el Estado francés lo declarase como tesoro perteneciente a su comunidad. Actualmente se encuentra expuesta en la misma sala que el Jarrón de las Nueve Provincias en el Grand Curtius de Lieja.
4. Sillas de Frans Van Praet para la Expo de Sevilla (1992)
El pabellón belga en la Exposición Mundial de Sevilla de 1992 fue considerado como una de las construcciones más atractivas. Más de 2,3 millones de personas visitaron el lugar pudiendo disfrutar de un interior que estuvo proyectado al completo por el diseñador Frans Van Praet, para el que entre otras muchas más piezas fabricó un total de 50 sillas en cristal, todas ellas en diferentes tonalidades, grabadas al ácido, y con una base metalizada.
Actualmente estas se encuentran repartidas por algunos de los diferentes museos del mundo o en lugares inesperados como en el aeropuerto de Dublín.